Según nos ha contado las huellas de dinosaurio son el producto de varios factores (el dinosaurio, su comportamiento o las características del barro) y todos ellos son los que dan la forma final. Aunque la mayoría de las veces la icnita no es la reproducción fiel del pie, en algunos casos, cuando se encuentran huellas bien conservadas, les aportan a los científicos datos sobre la anatomía autopodial del dinosaurio. Si los icnólogos se basan en esas huellas y estudian los huesos del pie es posible que se observen caracteres comunes y puedan hipotetizar sobre cómo dejaron las huellas. Díaz Martínez explica que no aspiran a decir la especie del dinosaurio que piso allí, pero sí a meterlo dentro de un grupo taxonómico más amplio. Las características que se pueden observar en los huesos que se reflejan en las huellas son principalmente medidas de longitud, anchura, relación entre falanges y almohadillas, forma del talón y articulación de las falanges con los metatarsos o terminaciones de los dedos de las uñas.