Una tolva con 20 toneladas de cemento, piedra y arena les cayó desde 12 metros de altura tras fallar un cable de la estructura que transportaba el depósito.
En la parte superior, el blondín -teleférico- del que colgaba la cuba de hormigón.Jesús Javier Matias/I. Elices / Terrazas/Diario de Burgos
Cuatro operarios de la empresa FCC -una topógrafa, el capataz y dos encofradores- murieron ayer en la obra del pantano de Castrovido tras caerles encima una cuba con 20 toneladas de hormigón. El accidente se produjo a las 15,50 en los trabajos que la empresa adjudicataria realiza en la cabeza de la presa, a la que se accede por la localidad de Terrazas, a tres kilómetros de Salas de los Infantes.
El siniestro, que se produce a los siete años del comienzo de las obras, tuvo lugar en una de las terrazas que la empresa está construyendo para levantar uno de los taludes que conformarán el muro de caída del agua. Una tolva repleta de arena, piedra y cemento que transportaba un blondín -similar a un teleférico- hacia una de esas terrazas cayó sobre seis trabajadores. Cuatro murieron aplastados en el acto y otros dos resultaron heridos de gravedad.
Noelia Rodríguez, la topógrafa de la obra, es una de las fallecidas. Era natural de la localidad Algemesí (Valencia) y vivía en Salas de los Infantes desde hacía cuatro años. Los otros tres son Mariano Rodríguez, Lorenzo Tomé y Ángel Rubio, todos ellos extremeños. Los cuatro muertos eran trabajadores de la empresa matriz.
Uno de los heridos es Eduardo C.C., de 35 años, que ha sufrido la fractura de la pelvis y la rotura del fémur y el tobillo izquierdo. Es de Castrillo de la Reina, donde vive con sus padres, y trabaja para la empresa Ontañón, de Salas, una subcontrata de FCC. J.M.G.U., de 28 años y de Salas de los Infantes, se rompió la tibia izquierda, así como la muñeca y los huesos propios de la nariz. También trabajaba para otra subcontrata. Ambos fueron evacuados del lugar en un helicóptero medicalizado de Sacyl y en una ambulancia.
falló un cable. La cuba de hormigón estaba destinada a la terraza situada por debajo de la que ocupaban estos seis operarios, que realizaban labores de replanteo de la obra en el bloque 18 del proyecto. Uno de los cuatro cables que sujetaban la tolva falló y se vino abajo desde 12 metros de altura.
A la espera de los resultados de la investigación, no está claro si se rompió una pieza del blondín -el teleférico que recorre todo el valle desde la planta de hormigonado a los distintos bloques de la obra- o el enganche entre el depósito que llevaba la mezcla y el cable.
Algunas fuentes señalaron que uno de los cables del teleférico había sido cambiado hacía una semana y que en esta ocasión dicha sustitución no la había llevado a cabo una compañía especializada sino la propia empresa.
Tras la caída de la cuba todos los trabajadores que realizaban tareas en la zona acudieron a socorrer a las víctimas, aunque pronto fueron desalojados del tajo para dar paso a los profesionales. El teléfono de emergencias 112 recibió el aviso del accidente a las 15,49. En principio alertaban de que la tolva había atrapado a tres operarios. Tristemente la magnitud del suceso era bien distinta. Cuatro operarios aplastados -todos muertos- y dos heridos.
Los bomberos de Salas de los Infantes acudieron rápidamente para liberar a los heridos con el fin de que fueran trasladados al hospital Yagüe de Burgos para ser operados de urgencia de sus lesiones. Ambos se encuentran hemodinámicamente estables y han quedado ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). J.M.G.U. está pendiente de evaluación quirúrgica por el Servicio de Cirugía Plástico. El equipo médico que destinó el centro de salud de Salas contribuyó a estabilizarlos pero nada pudo hacer por los otro cuatro trabajadores.
rescate complejo. LaGuardia Civil también acudió hasta el lugar del accidente con el fin de restringir el paso de vehículos hasta la zona de las obras y formar un cordón de seguridad para proteger la zona del siniestro. Los Bomberos de la capital burgalesa fueron avisados para cooperar en las labores de rescate de los cuerpos, cuya liberación no fue para nada sencilla. Permanecieron sepultados durante horas hasta que lograron sacarlos.
De hecho, desde que ocurrió el siniestro, a las 15,50, hasta que comenzaron las labores para levantar la cuba transcurrieron casi tres horas y media. Y no sería hasta pasadas las 20,30 cuando sacaron el primero de los cadáveres. A las 23 salía el último. Los bomberos y los obreros que destacó la empresa para apoyar las labores de socorro tuvieron que emplear palas con el fin de remover el hormigón y sacar de debajo a los fallecidos.
Los trabajos de rescate fueron muy complicados desde el principio. Para empezar, la tolva fue muy difícil de mover, porque aún estaba muy cargada de hormigón. Desplazaron una grúa móvil hasta la terraza donde ocurrió el suceso, pero pasó mucho tiempo hasta que pudieron ponerla en pie para dejar los cadáveres a la vista.
Después había que extraer los cuerpos, tarea para nada sencilla. Estaban sepultados bajo la cuba y entre el propio hormigón, por lo que fue necesario remover la mezcla de cemento, arena y piedras para poder rescatarlos.
Furgones de la funeraria San José llegaron a las 19 horas para hacerse cargo de los cuerpos. Los trasladaron hasta Instituto de Medicina Legal de la capital burgalesa, donde llegaron casi a las doce de la noche. Las autopsias se practicarán en las próximas horas.
investigaciones. Hasta las obras de la presa de Castrovido se desplazaron miembros de la Policía Judicial de la Guardia Civil de la Fiscalía de Burgos y de la Inspección de Trabajo con el fin de llevar a cabo tareas de investigación sobre las posibles causas de la caída de la cuba sobre los trabajadores. El secretario de Estado de Medio Rural y Agua, José Puxeu, también acudió hasta Burgos y señaló que es una prioridad la investigación de las causas del siniestro.
Las obras del pantano de Castrovido se encuentran en plena ejecución y su finalización está prevista para 2014, cuando se pondrán en marcha los planes de llenado del futuro embalse.
La presa tiene como objetivo regular el río Arlanza para evitar avenidas y a la vez garantizar el abastecimiento de poblaciones, de regadíos agrícolas y un caudal mínimo ecológico aguas abajo, con una capacidad de 44,13 hectómetros cúbicos.