Leemos en La Voz de Pinares esta curiosa noticia
Pedro Cuadrado, carnicero de Salas de los Infantes, ha adquirido la exquisita carne del buey ‘Alegre’, llegado desde Vizcaya (País Vasco).
El buey ‘Alegre’ de Zalla (Vizcaya) pesó 916 kilogramos abierto en canal, quedando a 14 kilos del record de Durango. La mayoría de la carne que se vende en salas será para clientes particulares.
Para quien disfruta comiendo carne, la de buey es probablemente de las mejores del mercado, pero estos animales no son muy numerosos en España y los más aclamados se crían en el País Vasco. Es por esto que Pedro Delgado, carnicero de Salas de los Infantes, no se lo pensó dos veces y compró los 916 kilos que pesó el buey ‘Alegre’ de Zalla, abierto en canal. Un gigantesco placer para el paladar que la carnicería Cuadrado pondrá a la venta el viernes y sábado, 9 y 10 de diciembre.
Para Pedro esta inversión no se realiza con fines económicos: “era uno de los bueyes más cotizados por su peso. Lo cierto es que no se saca beneficio con esto, pero sí puedo ofrecer la mejor calidad a mi clientela en una carne muy demandada y de la que no hay mucha”, explica el carnicero salense. De hecho, un chuletero se quedó en el restaurante Zubi Ondo, en Zalla, que regenta el que fuera el propietario del buey. “Han llamado cocineros de Madrid, alguno conocido, y demás, pero se interesaban por el chuletero y los teníamos comprometidos ya”, dice Pedro.
La mayoría de encargos los han realizado “clientes particulares, menos un restaurante de Huerta de Rey. Y el viernes y el sábado se sacarán a la venta unos 300 kilos de carne del buey ‘Alegre’”, añade el matarife. Con todo esto, es fácil afirmar que serán unas navidades ‘especiales’ en muchas mesas de la comarca salense.
Máxima expectación. La venta y posterior muerte del buey ‘Alegre’ causó una gran expectación en el matadero de Durango, donde fue sacrificado el animal. Allí acudieron medios de comunicación y curiosos. “Era un buey muy grande y esperaban que superara el récord de peso, pero se quedó a 14 kilos del mismo”, relata Pedro Cuadrado.
Este animal pesaba 1.500 kilos en vida, con tres metros de longitud y 1,70 de altura. Su propietario, Ramón Zornotza lo compró para competiciones de arrastre, pero la muerte del compañero de ‘Alegre’ acabó con su carrera deportiva. Durante tres años ha vivido tranquilo alimentado de piensos naturales, habas, maíz y forraje.