El cantar de Los siete infantes de Lara
PRINCIPALES LUGARES DEL CANTAR
Salas de los Infantes: En la iglesia de Santa María de Salas, dentro de un arca, en la pared del lado del evangelio, se hallan sepultadas las cabezas de los infantes y su ayo. Fueron encontradas por primera vez en el año 1579, de este acontecimiento se levantó acta notarial. La última vez que se abrió dicho arca fue en septiembre de 1924. En esta ocasión el cardenal Benlloch encerró el arca vieja dentro de otra moderna con inscripciones latinas.
La casa fuerte de Salas que debió existir en época altomedieval, pertenecía al señor de Salas, Gonzalo Gustios. Ya en el s. XIV pasa a los Velasco y se mencionan ciertos derechos que la posesión de dicha casa fuerte de Salas otorgaba sobre Castrillo, Arroyo, Terrazas y otros pueblos.
No sabemos nada acerca del palacio de Gonzalo Gustios, excepto que se hallaba en el mismo lugar donde hoy se encuentra el Palacio Municipal de Cultura. Los restos de muralla que hoy se conservan corresponden a la fortaleza que mandaron construir los Velasco, seguramente en el s. XIV.
Barbadillo: Este pueblo era heredad de Doña Lambra. En él, se encontraba el palacio de ésta, donde sucedieron los graves hechos del cohombro lanzado a Gonzalillo por el criado de Lambra, la muerte de éste y la deshonra de ella.
Años más tarde, Mudarra lo saquea e incendia por venganza.
Vilviestre: Fue heredad de Ruy Velázquez, tío de los siete infantes. Según los cantares, era lugar de paso obligado para salir de Castilla desde Salas.
El camino a la emboscada: De Salas, salen en hueste los siete infantes y su ayo. Pasaron por Vilviestre y en los pinares de Canicosa, es donde, según los cantares, Nuño Salido vio en los agüeros el desgraciado fin que esperaba a sus criados. Allí hay una fuente que se llama de los Siete Infantes. Su tío Ruy Velázquez, les esperaba cerca, en la vega del río Ebrillos que lleva sus aguas al Duero. Desde allí se dirigieron todos juntos a Almenar, no indicando claramente la Crónica las jornadas que cabalgaron.
Según la tradición, llegarían hasta la Sierra del Almuerzo, llamada así por que dicen que allí almorzaron los siete infantes. Bajaron luego hacia Omeñaca, lugar en el que existe una iglesia porticada con siete arcos, bajo los cuales pasaron los infantes para entrar en ella. Seguirían después por la Sierra de Pica hasta caer en Almenar. Yendo los infantes a robar los ganados de estas tierras, fueron sorprendidos por los moros en el val de la Araviana, donde fueron decapitados.
Córdoba: El historiador Ambrosio Morales habla en el s. XVI de la carcel de Gonzalo Gustios que se encuentra en la calle de Las cabezas. Contiguo a la prisión se halla la calleja de los arquillos. Siete arcos de estilo árabe, según los artículos periodísticos de R. Gago en el Diario de Córdoba en 1950. Se sabe que la calle de Las cabezas aparece ya recogida con ese nombre en 1242, según el historiador Muñoz Vázquez.